sábado, 14 de mayo de 2011

VIOLENCIA DE GÉNERO Y POSTMACHISMO



El día 11 de mayo ha estado en Avilés, Asturias, el Delegado del Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente, ofreciendo su visión sobre “Violencia de Género y Postmachismo”

Según puso de manifiesto, el machismo no es un uso fuera de la realidad social común. La desigualdad entre los seres humanos, nace a través de la desigualdad entre mujeres y hombres como primer paso. Así pues es una construcción social activa que hace crear posiciones de desequilibrio de uno respecto a otra, que hace que el rol asignado culturalmente a la mujer, de cuidadora, y responsable de la vida doméstica, le impida salir a la esfera de lo público y haga surgir un conflicto derivado del nuevo rol que estamos asumiendo, y enseguida se recurre a la culpabilización de esta respecto a la crianza en soledad de hijos e hijas o el descuido del hogar, y este conflicto se resuelve con una solución impuesta que alude a la reputación y al control social y una obligación moral de asumir el rol tradicional.

Aún existiendo diferentes niveles sociales, en cada uno de ellos siempre se dan ventajas de los hombres sobre las mujeres. Así el modelo tradicional de pareja tiene recompensas siendo reforzado por el reconocimiento y la aceptación social.

Pero, qué ocurre cuando aparecen estas peticiones de igualdad: Surge un ataque feroz a esas reivindicaciones, históricamente conocido desde Platón, Aristóteles o Aristófanes, y que también surgió al lado de las primera, segunda y tercera olas del feminismo.

Las fases de aceptación del feminismo pasan cuatro fases:

1ª Negación

2ª Concesión

3ª Adaptación resistente

4ª Resistencia adaptativa

En este momento, según Lorente, nos encontramos en la cuarta fase, que supone el inicio del POSTMACHISMO definido como miedo a la pérdida de privilegios, una vez se ha visto el avance de la igualdad. Se da una “elaboración del discurso machista adaptado” que surge a finales de los años 70 y principio de los 80. Es un ataque ante el avance de la mujer, ocupando cada vez más espacios de poder.

Con esta revolución los espacios tienen que empezar a ser compartidos y eso hace que las identidades que hasta ahora estaban claras, comienzan a desequilibrarse. El cómo deben de ser y de comportarse, una mujer y un hombre se tambalea.

El postmachismo critica las consecuencias de la igualdad, diciendo: A) que a pesar de los cambios los problemas continúan. B) Aparecen nuevos problemas y más graves como consecuencia de esos cambios y C) Las posiciones de poder ocupadas por mujeres no han supuesto un verdadero cambio.

Aparece una fuerte carga de perversidad al plantear el postmachismo, que esas posiciones conquistadas, lo son por haber buscado ventajas y no por la verdadera valía, sin pararse a analizar la enorme diferencia del punto de partida de ellos y ellas, desvirtuando el valor de la mujer.

Utiliza el cientificismo como apoyo a sus teorías manejando datos reales pero reinterpretados y manipulados a su favor. Así aparece el falso SAP (Síndrome de Alienación Parental), síndrome inexistente, y no reconocido como tal como trastorno por las comunidades médicas legales, o la cuestión de las denuncias falsas en relación con las agresiones, que apenas suponen un 0,18 % según el Consejo General del Poder Judicial.

Estrategia de la violencia de género:

Se produce una deshumanización del objeto de la violencia, es decir, una cosificación de la mujer. Cuanto más “cosa” sea una mujer a su llegada a una relación, más fácil resultará deshumanizarla y someterla.

Uno de los grupos objetivo del postmachismo es el de los y las jóvenes, donde los valores de igualdad están continuamente en tela de juicio en el mejor de los casos.

Respecto al tratamiento de los homicidios en los medios de comunicación, ha de ser replanteado, analizado y modificado, ya que los machistas que están pensando en matar a sus parejas, se refuerzan en sus deseos a la vista de los cadáveres o de la familia doliente.

La aparición de una noticia parece el desencadenante para que se produzcan otros, y de este modo se explicaría la aparición del aumento de homicidios en un corto periodo de tiempo.

La mujer que recibe maltrato no tiene referencia cultural para sentir que el trato que recibe de su pareja es tal, cree que “es lo normal” y es esa idea la que crea la dificultad para salir del círculo de la violencia. Y mientras que entiende perfectamente un abuso laboral, no lo percibe igual en la relación con su pareja.

En las llamadas al tf. 016 del maltrato, ha aumentado en un 60% el nº de hombres insultando a quienes lo atienden.

Sobre la opinión de la sociedad española en relación a la percepción de la violencia, hay un 1,2% de personas que encuentran aceptable que se le pegue a la mujer en alguna ocasión, este porcentaje corresponde a 300.000 personas en España, de las cuales un 60-70%, son hombres.

La violencia de género se percibe como menos importante que el terrorismo de ETA, pero en cinco años han sido asesinadas 345 mujeres, mientras que en el mismo periodo el terrorismo ha causado 12 muertes. Desde que la Ley Integral para la Violencia de Género se ha empezado a aplicar se han producido un 6% menos de homicidios, siendo la tasa más baja de Europa.

Un problema muy importante es la interpretación y la aplicación de la ley por parte de algunos jueces o juezas, que sobreseen casos o los fallan como no culpable, por un planteamiento erróneo y coincide además que estos casos, después son contabilizados como falsas denuncias. O se dictamine un caso como sin riesgo y una semana más tarde la mujer resulte asesinada. O no se utilicen los dispositivos GPS, de los que el Estado dispone de tres mil y se usan apenas seiscientos sesenta.

Teléfono contra la violencia de género: 016, no deja huella en la factura telefónica

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