sábado, 24 de noviembre de 2012

HAY SALIDA


….Ante el sonido de una llave en la cerradura de la puerta y la escucha en silencio, haciéndose la dormida para evitar enfrentamientos, escondida entre sus hijos como escudo, aparentando normalidad dentro de una vida anormal, rodeada por el miedo y paralizada por el pánico, sufre los golpes, las vejaciones en silencio, para no disgustar a la familia, por ver “si cambia”, hasta que toma la decisión de abandonar esta situación y huir poniendo tierra por el medio, en defensa de su propia vida y rompiendo ese círculo infernal.

Lura H. lo explica así: “Era  algo así como una roca a la que van taladrando con pequeñas barrenas y a medida que pasan los días o, mejor dicho los contratiempos que en su inmensa mayoría eran provocados y dependientes de la cantidad de alcohol que hubiese ingerido aquel día. Se van haciendo cada vez más oquedades…….llegado el momento oportuno y la circunstancia que hace de detonante acaba explotando. Y esa onda expansiva siempre, siempre, aún en el mejor de los casos te acaba minando”.

Parte de mi intervención en la presentación del libro “Nechy&Ney en Quirós” del que es autora mi amiga Laura H. En cursiva texto original de la obra.

miércoles, 3 de octubre de 2012

MODELOS DE EDUCACIÓN: COEDUCATIVA, MIXTA O SEGREGADA



Dentro de estos tres modelos que tendremos en cuenta, la coeducación, la educación mixta y la segregativa, es esta última la que puede resultar perjudicial en mayor medida para el normal desarrollo de  niñas y niños.

Vivimos en una sociedad donde el sistema patriarcal está afianzado, por tanto, si desde la infancia comenzamos a separar, a diferenciar a niñas y niños y no se lleva a cabo una educación que favorezca las aptitudes y actitudes personales, estamos cerrando posibilidades por el mero hecho de pensar qué cosas corresponden a niñas y qué a niños,  finalmente quienes saldrán perjudicados son ellos y ellas y por ende la sociedad en general a medio plazo.
La educación segregada ha tenido su cabida en una sociedad pretérita, donde la religión católica, en el caso de España, ha tenido mucha influencia en tiempos de la dictadura franquista y ha estado muy relacionada con una visión de la sexualidad culpabilizada y demonizada, muy lejos de patrones de conductas relacionales entre sexos dentro de la normalidad.
Soy de la opinión de que muchas de las situaciones de violencia de género más extremas que se han dado y se continúan dando hoy día, están relacionadas con esa visión de jerarquía y subordinación de las mujeres, arrancada desde el franquismo y donde a la mujer víctima, se le consideraba culpable en aras de su propia conducta, y donde la violencia de género no era contemplada como tal, sino como un crimen pasional, fruto de la osadía de esa mujer por disponer de su propio cuerpo y usarlo como y con quien ella hubiese decidido, por ejemplo.
La educación mixta, por otro lado, puede ser igual de perjudicial si en vez de apostar por una verdadera educación basada en la igualdad, dentro del aula, patio y cualquier otro espacio educativo, se potencian y refuerzan conductas basadas en las diferencias sexuales. El hecho de que el alumnado comparta el mismo espacio no es suficiente garantía de igualdad. Es necesario educar en igualdad y eso es una tarea que se habrá de hacer de forma consciente en la sociedad actual, donde juguetes, cuentos, canciones, películas, publicidad, etc., lanzan mensajes que continúan perpetuando roles de género de subordinación de la mujer al hombre, por más que las leyes abunden en su control, así como el modelo de relaciones familiares que niñas y niños vivan y observen.
Probablemente todas las respuestas van a considerar la educación segregada como altamente perjudicial para el proceso de igualdad en curso entre mujeres y hombres.
Habría que reflexionar sobre los motivos que tienen las personas y organizaciones que apoyan este tipo de educación.
Ya el planteamiento se hace partiendo de los beneficios que tendría para las niñas, que son más “listas”, intentando así camuflar su concepto androcéntrico de la sociedad.
Parten de la diferencia biológica que existe entre mujeres y hombres y su intención es la de educar en las diferencias de género, perpetuar los diferentes roles adjudicados históricamente a cada uno de los sexos.
Es la ideología conservadora, esa que defiende el papel de la mujer como pilar de la familia, como protectora, un ser humano dotado de las virtudes necesarias para ser el sostén emocional de grupos humanos que marquen su ideal de sociedad: El de “la mujer mujer” que diría el ministro Gallardón.
Es evidente que el tratamiento dado a unas y otros con este tipo de educación sería diferente. Y si ahora resulta políticamente incorrecto fomentar la desigualdad, el respaldo que dará esta segregación a los grupos que la defienden será infinito. La veda está abierta para normalizar la situación de desigualdad que venimos sufriendo las mujeres desde el principio de los tiempos.
Y si pretenden mantener el discurso del beneficio para unas y otros y la falacia de su concepto de igualdad, será a través del currículum oculto como irán conformando las mentes de niñas y niños para socializarlos según los diferentes roles adjudicados a cada cual. El modelo segregado sería un gran paso atrás en la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres, de igualdad de oportunidades, de igualdad de derechos, de igualdad de posición desde la que mirar el mundo y tal es así que no se utiliza esa palabra, sino la eufemística: separación.
Pienso que la coeducación ha de ser el único modelo que el sistema educativo debe contener pues atiende a los principios generales de igualdad de género e igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. La igualdad es un logro que sólo se podrá conseguir si desde el ámbito educativo se imparten valores igualitarios. Todo lo que no sea así, será segregacionista, excluyente, sectario y como consecuencia desigual. Y la desigualdad provoca la violencia de género en todas sus diferentes manifestaciones.
En este sentido, habría que aclarar que todo cambio en el modelo educativo hacia el segregacionismo implica una vuelta a valores de desigualdad, a la xenofobia y a la homofobia, pues el desconocimiento que ese sistema provoca entre los sexos conduce a estas situaciones. Todas las personas que tenemos una cierta edad, hemos vivido el segregacionismo y evidentemente no tuvimos una sociedad mejor por ello.
La discriminación hacia las mujeres así como otro tipo de discriminaciones por razón de género, sexo, raza ó religión, parten del segregacionismo y de estigmatizar a la población "diferente" como algo negativo, fuera de la generalidad. Segregar en un sistema educativo es excluir o apartar a unas personas de otras por razón de sexo.
Aún si fueran ciertas las opiniones científicas  y expertas en biología, etc., en el sentido de las capacidades diferentes de hombres y mujeres y lo que es innato y no, cosa que no está demostrada, la humanidad debería plantearse una pregunta: ¿Preferimos una población de personas exclusivamente inteligentes pero emocionalmente pobres y desiguales?, o por el contrario ¿preferimos una población inteligente que además tenga un aceptable nivel de felicidad, nivel que viene dado por los beneficios que conlleva la igualdad de género, la igualdad de oportunidades....?
Evidentemente es mucho más deseable esta segunda opción. Sin embargo en la historia de la humanidad siempre nos encontramos con segregacionistas que utilizan este método para excluir y apartar, para dogmatizar y para hacer una selección de lo que es correcto y de lo que no, y en base a ello formar una sociedad a la medida de sus pretensiones y no de las del común de las mujeres y hombres que formamos el conjunto de la población, disfrazando lo imposible bajo una fuerte carga ideológica, que no lógica.

domingo, 15 de enero de 2012

MUJER EN RIESGO DE EXCLUSIÓN SOCIAL


                                          MUJER  EN RIESGO DE EXCLUSIÓN SOCIAL

La exclusión social es un concepto que se utiliza en muchas partes del mundo para caracterizar las formas contemporáneas de desventaja social.  Se refiere a “la no-participación activa ni pasiva en la sociedad, sin organización comunitaria y sin recibir servicios y bienes sociales” según definición  del la UNESCO.
La exclusión social se refiere a procesos en los que personas y comunidades enteras de personas son sistemáticamente bloqueadas en sus derechos, oportunidades y recursos, por ejemplo, vivienda, empleo, la salud, la participación cívica, la participación política, que normalmente están disponibles a los miembros de la sociedad y que son claves para la integración social.
Cabe mencionar que la exclusión social es un proceso, no una condición; Por lo tanto sus fronteras cambian constantemente, y quien es excluida o incluida en el grupo de aislamiento social puede variar con el transcurso del tiempo; En esta variación influyen muchos factores, por ejemplo: el grado de educación, las características demográficas, los prejuicios sociales, las prácticas empresariales y las políticas públicas.
Es necesario recalcar que no existe un concepto único de marginación que sea universalmente aceptado
La exclusión social es el proceso acumulativo sobre una persona, de factores negativos, con barreras y límites que la dejan fuera de la participación en la vida social mayoritariamente aceptada. Estos límites y barreras son de origen muy diverso y van más allá de la carencia de ingresos, pues incluso estando la persona en una situación de extrema pobreza, puede no padecer exclusión social, si bien es probable que esté en riesgo de exclusión.

Conviene diferenciar entre exclusión o marginación social, e inadaptación: La clave radica en el conocimiento que de su propia situación tenga la persona, la percepción  individual de su situación.
Así, la persona inadaptada es aquella que toma conciencia de su situación e intenta rebelarse, es decir no se adapta a la situación de posible exclusión, y, la marginada o excluida, es la que se sitúa fuera, en los límites de lo establecido estándar y lo admite como socialmente aceptable o  normal.
La pobreza y la exclusión son dos conceptos diferentes. La pobreza es un resultado distributivo, resultado de una distribución injusta,  mientras que la exclusión se puede definir como el proceso de disminución de la participación, la solidaridad y el acceso. 
La definición o significado de “exclusión social” varía de país a país. En Europa se refiere a "la ruptura del vínculo social", que se puede denominar como enfoque europeo de la situación de desventaja social. Por esto en Europa aparecieron las políticas de inclusión social como las políticas de ingreso mínimo, las políticas activas del mercado de trabajo, un mejor acceso a servicios con el fin de combatir la exclusión social, con numerosos proyectos y programas patrocinados desde la Unión Europea.
CARACTERÍSTICAS DE LA EXCLUSIÓN SOCIAL FEMENINA:
En las comunidades sociales excluyentes, las redes sociales son débiles y limitan la circulación de la información acerca de los trabajos, las actividades políticas, y eventos comunitarios.
El lugar de residencia: Algunos autores creen que la exclusión en el campo es mayor, que en las ciudades. En las zonas rurales  hay menos acceso a bienes, servicios e instalaciones, haciendo la vida difícil en muchos aspectos. Particularmente no estoy del todo de acuerdo con esta afirmación, ya que es en los pequeños pueblos y aldeas, donde se han dado tradicionalmente los mayores lazos solidarios y las redes de apoyo social más importantes. Pero es necesario mencionar el llamado “Control Social” que hace que en los últimos  años las mujeres jóvenes abandonen los ámbitos rurales en mayor medida que sus coetáneos masculinos, debido a ese control que el vecindario ejerce sobre las vidas privadas de las jóvenes, sobre su forma de ocio, amistades, horarios, etc…
Además el horizonte social, raza, ubicación geográfica, la estructura de clases, la globalización, las cuestiones sociales, hábitos personales y la apariencia, la educación, la religión, la economía y la política. Todas estas cuestiones por separado o combinadas van a enmarcar las características de diferentes exclusiones.
ALGUNAS CAUSAS DE EXCLUSIÓN SOCIAL FEMENINA:
Algunas de las que serán mencionadas aquí son: el desempleo, la violencia de género, la discapacidad, la inmigración, la prostitución, y la separación o el divorcio, siendo estas la punta del iceberg subyaciendo otras muchas.
El desempleo:
Si bien se reconoce el carácter multidimensional de las causas de exclusión, en la Unión Europea, se centra en el nivel de desempleo como una de las principales causas de, o  al menos, su alta correlación con la exclusión social. Esto se debe a que en las sociedades modernas, el trabajo remunerado no sólo es la principal fuente de ingresos para comprar los servicios, sino que  también es la fuente de la identidad de los individuos y el sentimiento de autoestima. 
Los datos del desempleo del mes de octubre de 2011, en la comarca de Oviedo indican bastante igualdad en el nº de desempleadas y  desempleados menores de 25 años: 4,65 % para los chicos y 4,53 % para las chicas.
Esta diferencia aumenta en más de dos puntos en el grupo de mayores de 25 y menores de 45 (26,26 para los varones y 28,51 para las mujeres)
Y es aún mayor al traspasar la edad de 45 años, siendo del 16,51 para los hombres y de 19,65 para las mujeres.
El porcentaje total de hombres desempleados en la comarca de Oviedo es del 47,31% y el de mujeres, por tanto, de 52,69, del total de personas inscritas en el servicio Público de Empleo.
Vemos de este modo que el desempleo afecta en general a un mayor nº de mujeres que de hombres. Por lo tanto para reducir la exclusión hemos de centrarnos en el mercado de trabajo
Por un lado, para que las mujeres en riesgo de exclusión resulten más "empleables".
Por otro lado, para alentar (y / u obligar) al empresariado a ser más inclusivo en su políticas de empleo.
La violencia de género:
El maltrato a la mujer por parte de su pareja es un fenómeno global, que se da en todos los países y afecta a mujeres de todos los niveles sociales, culturales y económicos. Las formas más comunes de maltrato son de tipo físico: empujones patadas, palizas; psicológico: intimidación, menosprecio, humillaciones públicas o privadas; y/o sexual entendiendo por este la realización de cualquier actividad relacionada con la sexualidad, que la mujer no desea.
Aunque no todas las mujeres sufren todos los tipos de abusos, es muy frecuente que se den de forma conjunta, y lo que subyace en el fondo es el control y el dominio del hombre sobre la mujer.
La violencia del hombre contra la mujer es una manifestación de la desigualdad de género y un mecanismo de subordinación de las mujeres que sirve para mantener y reproducir el statu quo de la dominación masculina y la subordinación femenina.
El impacto de los malos tratos en la salud de la mujer  es tan grande, que además de considerarse como un problema de derechos humanos, se está considerando como una cuestión de salud pública. Además de las lesiones físicas producidas por las agresiones, existe un gran impacto psicológico que supone un factor de riesgo para la salud a corto plazo: las agresiones repetidas generan una gran cantidad de estrés desarrollándose una serie de síntomas y trastornos crónicos, siendo los más prevalentes el trastorno de estrés  postraumático y la depresión.
Además cuando la mujer es degradada y ridiculizada por su pareja de forma repetida, puede llegar a creer lo que dice su agresor, disminuyendo su autoestima y su grado de autoconfianza, e incluso puede llegar a pensar que merece esos castigos y que es incapaz de cuidar y atender de sí misma y de sus descendientes, si los hubiera, generando una gran inseguridad en sí misma. Estas circunstancias pueden llevar a la mujer maltratada a desarrollar sentimientos de culpa, aislamiento social y dependencia emocional del maltratador, junto con episodios de ansiedad y sintomatología somática (trastornos del sueño, digestivos y un largo etcétera)
En estas circunstancias, han sido descritas, aunque en menor medida, tendencias suicidas y al uso abusivo de alcohol y otras drogas, así como de medicamentos sin prescripción facultativa, como formas inadecuadas de afrontamiento de problemas.
La discapacidad:
Tradicionalmente, la sociedad ha tendido  a aislar y a segregar a las mujeres con discapacidad, y a pesar de los logros y avances obtenidos en los últimos años, este tipo de discriminación (sutil a veces) sigue representando un problema grave y alarmante.
Pero, al contrario de lo que ocurre con otro tipo de  grupos vulnerables o que sufren discriminación, las mujeres con discapacidad carecen generalizadamente de recursos o dispositivos legales eficaces para eliminar y corregir dichas conductas discriminatorias.
Se enfrentan continuamente a dichas circunstancias, que se evidencian en cotas mayores de desempleo, salarios inferiores, menor acceso a los servicios de salud, mayores carencias educativas, escaso o nulo acceso a los programas y servicios dirigidos a mujeres en general, mayor riesgo de padecer situaciones de violencia y todo tipo de abusos, etc., realidad que se agrava por la existencia de normas y políticas que fomentan la dependencia y por la dificultad de introducir modificaciones en los hábitos preexistentes. De igual modo, las mujeres  con discapacidad soportan aún con más crudeza que los varones con discapacidad, la persistencia de prejuicios, estereotipos e ideas recibidas, generalizados en todos los ámbitos, que distorsionan la imagen social y la percepción normalizada de este grupo humano.
Las mujeres presentan una tasa de discapacidad por mil habitantes, (106,3), significativamente más alta que los varones (72,6), según datos del INE de 2008
Datos procedentes de distintos censos, encuestas y de los escasos estudios existentes, prueban que las mujeres con discapacidad, como grupo, ocupan un estatus inferior en nuestra sociedad, encontrándose en una situación de enorme desventaja social, económica, educativa y profesional.
Las mujeres con discapacidad forman un grupo social aislado e  invisible resultado de estereotipos y prejuicios que merman injustamente su capacidad de participar y contribuir a la sociedad. 
Necesidades y demandas de las mujeres con discapacidad:
Los ámbitos de necesidades y demandas de las mujeres con discapacidad coinciden con aquellos campos en los que es más urgente y necesario desplegar una actividad intensa que haga realidad la equiparación de derechos y la igualdad de oportunidades de estas mujeres con el resto de la ciudadanía:
  • La no discriminación y la igualdad de oportunidades. Las mujeres con discapacidad, globalmente consideradas, siguen sufriendo discriminaciones por razón de género y de discapacidad, hechos que suponen una vulneración de los derechos que debe tener garantizados toda persona, con independencia de sus circunstancias.
  • Respecto a la salud, las mujeres con discapacidad tienen numerosas barreras para acceder a la planificación familiar y a la asistencia a la reproducción, todo ello sin tener en cuenta las necesidades de control de tales situaciones por parte de las propias usuarias. Es necesaria la sensibilización  y formación del personal médico-sanitario sobre la atención específica a las mujeres  con discapacidad cuando hacen uso de los servicios sanitarios.
  • En relación al problema de la violencia de género, se ha constatado que la confluencia de factores como el género y la discapacidad convierte a las mujeres con discapacidad en un grupo con grave riesgo de  sufrir algún tipo de maltrato; las cifras que actualmente se barajan  en Europa refieren que aproximadamente un 40% de las mujeres con discapacidad sufre o ha sufrido alguna forma de violencia. Actualmente los grupos políticos, los organismos de igualdad y la sociedad en general son cada vez más conscientes de la existencia de violencia contra las mujeres, por lo que se han aumentado los programas dirigidos a informar, asesorar y proteger a las mujeres que han sufrido cualquier tipo de agresión. Sin embargo, muchos programas no han tenido en cuenta las peculiaridades que plantean las mujeres con discapacidad, convirtiéndose en inaccesibles para ellas.

La inmigración: 
El sector del servicio doméstico agrupa de forma general a las mujeres inmigrantes en España según los estudios estadísticos realizados (UGT). Un empleo en el servicio doméstico, posibilita a la mujer inmigrante el acceso a una residencia y a una regularidad social y legal.
Para la mayoría de las trabajadoras extranjeras que vienen a España, acceder a un puesto de trabajo y a una oferta de empleo, puede permitir obtener un permiso de trabajo y residencia. Esta situación provoca, en muchos casos, situaciones límite para conseguir o conservar un empleo.
En el discurso de las mujeres inmigrantes aparece un sentimiento de frustración por soportar unas condiciones impuestas por los empleadores, calificadas de abusivas, y que en otras circunstancias no hubieran soportado, como jornadas interminables, en el caso de las empleadas internas
Las trabajadoras inmigrantes se insertan laboralmente en sectores dentro de un mercado secundario, caracterizado por la inestabilidad y unas condiciones salariales, de prestaciones, etc. que pueden desencadenar en último término el proceso de exclusión social.
El acceso a la vivienda es otro de los problemas importantes con que se encuentran,  las mujeres inmigrantes  del mismo modo que las españolas, tienen verdaderas dificultades en disponer de una vivienda con un precio asequible y condiciones aceptables de salubridad. Suelen compartir la vivienda varias personas o familias, para compartir los abusivos  precios de los alquileres.
Como aspecto psicológico de dificultad, aparece el desarraigo familiar en aquellas que no han conseguido el agrupamiento, el tener a sus hijos en el país de origen al cargo de terceras personas, la soledad, la tristeza, y en esta situación de importante crisis económica que atravesamos, aparece una gran incertidumbre  respecto al futuro.
La prostitución:
Entre las causas  de que una mujer llegue a ejercer la prostitución están los problemas económicos, los familiares, la drogodependencia, los malos tratos, carencias afectivas fruto de una ruptura de la unidad familiar, analfabetismo, condiciones adyacentes a la inmigración, maternidad de adolescentes, ausencia de respaldo social o familiar en determinados momentos de sus vidas, etc..
Hemos de tener muy claro que la determinación del ejercicio de la prostitución nunca es libremente tomada por las mujeres, aunque algunas así lo manifiesten. Además de los factores señalados existen otros muchos que abocan a la mujer a tomar este camino como salida y solución a sus problemas.
Existen otras estrategias de captación como las amorosas o amistosas según Kathlenn Barry, o a través de bandas y organizaciones criminales, compra/venta de mujeres, secuestro o mediante el engaño de agencias de modelos, de empleo o matrimoniales, o compañías de baile.
“La mayoría de las mujeres prostituidas sufren agresiones físicas, amenazas y violaciones, palizas, torturas, embarazos no deseados, infertilidad y daños permanentes del esqueleto y las zonas genital y anal, durante el ejercicio de la actividad. Esta violencia es ejercida tanto por parte de compradores como de los proxenetas.
Otro constante peligro que corren es el riesgo de contraer infecciones y enfermedades sexuales transmitidas por los proxenetas y compradores, entre las que hay que incluir el VIH y SIDA. Esto no solo causa graves daños en las mujeres y niñas sino que también constituyen terribles violaciones de su integridad, dignidad y derechos como seres humanos. El hecho de que estos actos sean realizados a cambio de dinero no mitiga o disminuye de manera alguna el inmenso daño físico y mental infligido a sus cuerpos y mentes.
Estudios internacionales demuestran que las mujeres que ejercen la prostitución sufren los mismos traumas emocionales que los veteranos de guerra y víctimas de tortura. Pueden padecer los mismos síntomas: ‘flashbacks’, fuerte ansiedad, depresión, insomnio y estrés. Los suicidios e intentos de suicidio son frecuentes.” Tomado de “La prostitución claves básicas para reflexionar sobre un problema” APRAMP-ASOCIACIÓN PARA LA PREVENCIÓN Y REINSERCIÓN DE LA MUJER PROSTITUIDA.
Remediar, de forma obligatoria y jurídica por las instituciones públicas y privadas, las situaciones que llevan a las mujeres a ejercer la prostitución, está pues en la base de la restauración de los derechos humanos básicos de estas mujeres.
La separación o el divorcio:
La situación laboral de las mujeres ha sido, y seguirá siendo, mucho peor que la de los hombres de forma general, por lo que  al producirse la ruptura de la pareja, dejará a la mujer, que no disponga de ingresos propios, en una posición de abierta vulnerabilidad económica.
El convenio regulador del divorcio determinará la cuantía económica por alimentos destinados a  la descendencia y a la mujer. Si los ingresos económicos del esposo son escasos, en el reparto, el poder adquisitivo de ambos se verá mermado y si es la esposa quien custodia la prole de corta edad y por tanto aún dependiente, podrá entrar en una situación de escasos recursos económicos que no podrá mejorar si no dispone de una red de apoyos suficiente que le permita buscar y encontrar un empleo, así como mejorar y complementar su formación.
 El vínculo entre la exclusión y otras cuestiones:
El problema de la exclusión social está, por lo general, ligado al de la igualdad de oportunidades, ya que algunas personas están más expuestas a exclusión que otras. 
La marginación de ciertos grupos es un problema incluso en muchos países económicamente más desarrollados, entre ellos el Reino Unido y los Estados Unidos, donde la mayoría de la población goza de considerables oportunidades económicas y sociales.
Dado que la exclusión social puede conducir a privar a una mujer de los derechos de ciudadanía, algunos autores han propuesto una renta básica universal, que impida la exclusión social. 
Es previsible que la actual crisis económica mundial cercene los derechos adquiridos de las mujeres y aumenten todas las situaciones de vulnerabilidad mencionadas y muchas otras no nombradas pero existentes al lado de estas.

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